Incendios eléctricos: ¿qué los causa y cómo luchar contra ellos?
Los incendios eléctricos son una de las principales causas de siniestros en naves industriales y edificios comerciales. Estos incidentes ocurren debido a fallos en las instalaciones eléctricas, que son cruciales para el funcionamiento del edificio y su maquinaria. La naturaleza rápida y peligrosa de estos incendios representa un riesgo significativo para la seguridad de las estructuras, los bienes y las personas. Por ello, es esencial comprender las causas y las medidas preventivas adecuadas para combatirlos y evitarlos.
¡Sigue leyendo!
Cómo saber si un incendio es eléctrico
Identificar un incendio eléctrico puede ser complejo, ya que a menudo se inicia en áreas ocultas como paredes o techos, donde los cables eléctricos están instalados. Las señales comunes de un incendio eléctrico incluyen:
- Olor a quemado o a plástico derretido: Estos olores pueden indicar que los cables están sobrecalentados.
- Chispas o llamas visibles: Estos son signos evidentes de un fallo eléctrico grave.
- Interrupciones del suministro eléctrico: Los cortes repentinos o inexplicables pueden ser indicativos de problemas en el sistema eléctrico.
¿Cuáles son las principales causas de los incendios eléctricos?
La lista de causas que provocan este tipo de incendios es extensa, pero algunas de las más habituales son…
Mal uso de cables o daño en ellos
En muchos edificios los cables se encuentran mal organizados y almacenados (estando unos encima de otros y, en algunos casos, pillados debajo de maquinarias pesadas o elementos almacenados). Esto puede provocar un sobrecalentamiento de la corriente y generar un incendio que afectará el espacio y a los bienes almacenados.
Pero no solo eso: también existen instalaciones eléctricas con cables dañados, desgastados, rotos o sin el aislamiento adecuado, riesgos que pueden producir cortocircuitos (y, además, generar chispas y llamas).
Conexiones defectuosas
Es importante tener en cuenta, además, que una conexión defectuosa también suele crear problemas. ¿Un ejemplo? Una mala conexión puede generar un aumento de resistencia, provocando que algunos elementos, como los interruptores, se calienten (generando algún problema por las altas temperaturas y el sobrecalentamiento).
Falta de mantenimiento
La suciedad también es un grave problema que puede generar accidentes en muchas instalaciones eléctricas. El polvo en contacto con la humedad, por ejemplo, puede provocar cortocircuitos y generar llamas peligrosas para cualquier edificio.
Pero no solo esto. Más allá de las causas mencionadas, existen otras muchas amenazas que debemos tener en cuenta como las siguientes…
- Errores iniciales de diseño en la instalación eléctrica.
- Fallos en la elección de las protecciones.
- Conexión inapropiada del sistema eléctrico con la maquinaría.
- O incumplimiento de la reglamentación.
Ante todos estos riesgos, una pregunta fundamental es…
¿Cómo prevenir estos incendios eléctricos?
Para impulsar la seguridad de cualquier edificio, es fundamental diseñar la instalación eléctrica de forma correcta e invertir tiempo y recursos en un mantenimiento constante (comprobando cada cierto tiempo que todos los elementos se encuentren en buen estado, estén bien organizados y no haya nada que afecte a su correcto funcionamiento). Esto, sin duda, ayudará a tener las instalaciones en perfectas condiciones y reducir drásticamente las amenazas. Aún así, es esencial contar también con una plan de protección contra incendios que nos ayude a combatir las llamas, un plan que debe contar con diferentes elementos como estos…
Sistemas de control de temperatura
Debido a la rapidez de los incendios eléctricos y a los daños que pueden provocar, se recomienda evitar el riesgo al máximo y ser lo más previsor posible. ¿Cómo? Contando con sistemas de control y monitorización de la temperatura.
El objetivo de estos sistemas es detectar puntos calientes en cualquier parte de la instalación eléctrica y actuar antes de que surja una chispa o una llama. Para ello se pueden utilizar cámaras térmicas o, incluso, la técnica de la termografía infrarroja.
Detectores de incendios
Dentro de cualquier plan de protección contra incendios eléctricos, es esencial contar con sistemas automáticos de detección que den la voz de alarma ante cualquier anomalía, avisando al personal del peligro.
Existen hoy en día diferentes tipos de detectores, pero para este tipo de incendios recomendamos los detectores de humo o de gases de alta sensibilidad, capaces de avisar cuando surgen los primeros síntomas de un incendio.
Sistemas de extinción
Nuestro plan contra incendios no solo debe tener en cuenta la detección. También es fundamental contar con sistemas de extinción capaces de controlar y apagar este tipo de incendios para reducir su impacto y sus daños.
Pero ¿cuál usar ante incendios eléctricos? Ante este tipo de fuegos, lo mejor es evitar las soluciones que usan el agua como líquido extintor (ya que el agua, al destacar por su conductividad eléctrica, puede provocar electrocución).
Recomendamos, por el contrario, usar sistemas de extinción por gas y/ o polvo cuando proceda. Los agentes gaseosos no son conductores de electricidad (evitando así chispazos u otros fenómenos ignífugos) y, además, producen menos daños en el lugar donde actúan (son soluciones limpias que no generan residuos, por lo que no dañan las herramientas y recursos de una instalación eléctrica).
Sectorización contra incendio
Además de la detección y la extinción, es también fundamental contar con cortinas cortafuegos y barreras para el control del humo que ayuden a contener el incendio en el área donde hayan surgido las llamas y evitar su propagación. Así se conseguirá proteger el resto del edificio, reducir los daños en los bienes almacenados y ayudar a los trabajadores en su evacuación.
Con todo esto en mente, ¿estás pensando cómo mejorar la seguridad de tu instalación ante incendios eléctricos? Sea cual sea la solución que más te atraiga de las aquí mencionadas, es importante que tengas en cuenta que cada nave o edificio es único y necesita un plan de protección contra incendios personalizado y adaptado a sus necesidades. Por ello, te recomendamos realizar un estudio previo para conocer las características de tu proyecto y a qué riesgos se enfrenta para crear un plan de seguridad completo y adaptado a tu caso concreto.
Cómo extinguir incendios eléctricos
Extinguir incendios eléctricos requiere métodos específicos que aseguren la seguridad y efectividad. A diferencia de otros tipos de incendios, los incendios eléctricos no deben ser abordados con agua debido al riesgo de electrocución. Es fundamental utilizar técnicas que corten la fuente de energía y neutralicen las llamas de manera segura. A continuación, se presentan las estrategias más efectivas para extinguir incendios eléctricos.
Corte de Energía
El primer paso para abordar un incendio eléctrico es interrumpir la fuente de energía. Esto puede implicar el apagado de interruptores o la desconexión de dispositivos eléctricos para detener el flujo de corriente que alimenta las llamas. Al hacerlo, se reduce el riesgo de electrocución y se limita la propagación del fuego. Sin embargo, este paso debe realizarse solo si es seguro, y nunca se debe tocar directamente ningún equipo o cable eléctrico durante el proceso.
Uso de Extintores de Clase C
Los extintores de clase C son los más adecuados para incendios eléctricos. Están diseñados para apagar fuegos que involucran equipos eléctricos energizados. Contienen agentes como dióxido de carbono (CO2) o polvo seco, que sofocan las llamas al desplazar el oxígeno o interrumpir la reacción química que mantiene el fuego. Estos agentes no conducen electricidad, lo que los hace seguros para su uso en entornos con riesgo eléctrico.
Dióxido de Carbono (CO2)
El dióxido de carbono es un gas incoloro que apaga incendios al desplazar el oxígeno en el aire. Su aplicación es efectiva en incendios eléctricos porque no deja residuos y no daña los equipos electrónicos. Sin embargo, es importante utilizarlo en áreas bien ventiladas para evitar la acumulación de CO2, que puede ser peligroso para la salud.
Polvo Seco
El polvo seco, generalmente compuesto de fosfato monoamónico, es otro agente eficaz para extinguir incendios eléctricos. Funciona al interrumpir la reacción química del fuego, sofocando las llamas y previniendo su reactivación. Al igual que el CO2, no es conductor de electricidad y es seguro para usar en equipos energizados. Sin embargo, puede dejar residuos que requieren limpieza posterior.
Con todo esto en mente, ¿estás pensando cómo mejorar la seguridad de tu instalación ante incendios eléctricos? Sea cual sea la solución que más te atraiga de las aquí mencionadas, es importante que tengas en cuenta que cada nave o edificio es único y necesita un plan de protección contra incendios personalizado y adaptado a sus necesidades.
Por ello, te recomendamos realizar un estudio previo para conocer las características de tu proyecto y a qué riesgos se enfrenta para crear un plan de seguridad completo y adaptado a tu caso concreto.