Detectores de humo: tipos, normativa y su papel junto con las cortinas de humo
Dentro de cualquier instalación, los sistemas de detección contra incendios son elementos fundamentales. Gracias a ellos, se puede actuar de forma rápida y eficaz, tomando las medidas necesarias para proteger las instalaciones, las personas que ahí trabajan y los bienes almacenados.
Actualmente existen diversos tipos de sistemas de detección (como los detectores de calor, de gases o de llamas). Pero en este artículo queremos hablar especialmente de los detectores de humo, unos sistemas cuya presencia comienza a ser fundamental en cualquier instalación.
¿Qué tipos de detectores de humo podemos encontrar hoy en día en el mercado?
Los sistemas de detección de humo son equipos de alta calidad, cuyo objetivo es vigilar su área de protección con el fin de detectar automáticamente la presencia de humo en el aire, emitiendo una señal acústica y/o visual que avisa del peligro de incendio. Se trata de un elemento fundamental hoy en día para la protección de cualquier instalación, siendo una de las formas más precoces de identificar un incendio en su fase inicial.
Gracias al avance de la tecnología, los detectores de humo han ido evolucionando a lo largo del tiempo y actualmente destacan 2 sistemas sensibles a las partículas derivadas de la combustión y/o pirólisis:
Detectores de humo iónicos
Estos sistemas de detección de humo están enfocados a detectar partículas muy pequeñas, prácticamente invisibles a simple vista. Pero ¿cómo funcionan? Por un principio de ionización del aire.
Los detectores de humo iónicos están formados por 2 placas y un material de carácter radiactivo que ioniza el aire que pasa entre ambas. Gracias a ello, en este espacio circula una corriente eléctrica muy pequeña. En el momento en el que entran pequeñas partículas de humo, se reduce la ionización, disminuyendo o interrumpiendo la corriente y activándose la alarma.
Debido a su sensibilidad y rapidez, suele sobre todo recomendarse para la industria química donde el fuego puede expandirse rápidamente y de forma vertiginosa debido a los materiales almacenados.
Detectores ópticos de humos
También conocidos como detectores fotoeléctricos, son dispositivos capaces de detectar el humo producido por una combustión lenta o de baja intensidad.
Consisten en un emisor de luz y un receptor fotosensible. Y su funcionamiento se basa en la emisión de una luz que incide de forma continua sobre la célula fotoeléctrica. Cuando el humo aparece, la luz se dispersa y se genera de forma automática una alarma sonora advirtiendo del fuego.
Estos sistemas suelen colocarse sobre todo en los conductos de extracción de aire (ventilación) para que detecten la presencia de humo en grandes estancias y suelen utilizarse, sobre todo, centros comerciales, supermercados, o bodegas, entre otros.
¿Qué normativas tenemos que considerar al hablar de detectores de humo?
Todos los sistemas de detección deben cumplir una serie de normativas. De hecho, la detección de incendios debe ajustarse al Documento Básico de Seguridad contra Incendios del Código Técnico de la Edificación (para espacios que no son de uso industrial) y al Reglamento de Seguridad Contra Incendios en los Establecimientos Industriales (para edificios de uso industrial).
Además, debemos tener en cuenta otras 2 normas destacadas como la UNE EN 54 (sistemas de detección y alarma de incendios) o la UNE 23007-14 (sistemas de detección y alarma de incendios. Parte 14: Planificación, diseño, instalación, puesta en servicio, uso y mantenimiento).
Y con todo ello en mente, es importante contestar una última pregunta:
¿Qué beneficios pueden aportar estos sistemas de detección?
Sea cual sea el modelo elegido, los detectores de humo son fundamentales en cualquier nave industrial y logística pero no solo para dar la voz de alarma al personal que trabaja en esas instalaciones. También son esenciales para la activación de otros sistemas de protección contra incendios, como los sistemas de extinción, los sistemas de extracción de humo o, incluso, los sistemas de sectorización.
Junto con los detectores de humo, es especialmente relevante la labor de las cortinas de humo (pantallas textiles diseñadas para canalizar y contener el humo generado en caso de incendio). La estrecha colaboración entre los detectores y estas barreras ayuda, sin duda, a….
- Dar la voz de alarma en la fase inicial de cualquier incendio y evitar la propagación del humo (evitando así mayores daños en las instalaciones y pérdida de bienes).
- Evitar el efecto de los gases y las partículas tóxicas entre los compañeros que trabajan cerca del origen del fuego, reduciendo el número de intoxicaciones por inhalación de humo y ayudando en las tareas de evacuación.
- Ayudar en las tareas de extinción (permitiendo el acceso temprano de los bomberos al área afectada y mejorando su visibilidad).
- Y, por supuesto, reducir costes (la detección temprana y la sectorización ayudan a centralizar los daños en un único punto).
Cualquier instalación puede beneficiarse del uso de estos 2 sistemas unidos. Pero antes de decidir qué detectores y barreras son las mejores para un proyecto concreto, es esencial el estudio pormenorizado de las características de cada espacio y los riesgos que existen en él para diseñar la estrategia más adecuada para cada caso y elegir los modelos más convenientes.